En esta sesión veremos algo que es muy importante. Porque, fíjate que, muchas veces, solamente trabajamos como con datos aislados y no llegamos a integrarlo como información. Aquí veremos, con un ejemplo, cómo hacerlo. [MÚSICA] [MÚSICA] Debido, quizás, a que en la escuela nos enseñaron a estudiar como por pedacitos, nos cuesta trabajo, a veces, hacer la integración y tener un enfoque crítico hacia el objeto de aprendizaje que estamos abordando. Por ejemplo, muchas veces le preguntamos a un estudiante: "¿cómo resolvemos este problema?" Y nos contesta que: "usando la multiplicación." ¿Y esto?, le decimos: "¿por qué es?", "¿por qué llegas a esta conclusión?" Y nos dice: "Porque ya acabamos con suma y resta y, pues, esta semana toca multiplicación." Es decir, la conclusión es intuitiva, y no tiene que ver con un análisis real de lo que está viendo. Quizás esta falta de integración tenga que ver con que nuestra tradición de aprender en las escuelas, muchas veces ha estado ligada a aprender cosas aisladas, sin ver un contexto global, sin trabajar, como ahora se usa, con proyectos o con actividades macro. En el curso hemos estado trabajando con rúbricas, que son estos como organizadores, que nos permiten hacer la evaluación de procesos o de productos. En esta ocasión, he decidido tomar como ejemplo el trabajo con una rúbrica. Vamos a suponer que tú estás interesado o interesada en aprender cómo se hace. Entonces, veremos que hay una variedad de pasos. Si nada más los vemos de manera aislada, es posible que la rúbrica final que hagamos no sea tan buena. Por lo cual, hay que llegar a una integración de todos estos elementos para que haga sentido. El primer elemento, desde luego, es definir qué es lo que queremos evaluar. Y, para eso, definimos cuáles son los rubros de evaluación, que van en la columna de la izquierda. Nuestra siguiente tarea consiste en redactar los descriptores que corresponden a los niveles alto y bajo, y después, llenar los intermedios. El siguiente paso consiste en ponderar o dar peso a cada uno de los rubros para asegurarnos, después, de que sumen 100. Hay que corroborar después que el total de los rubros dé cuenta de todo lo que queremos evaluar, que no haya ni de más ni de menos. Las últimas revisiones tienen que ver con: claridad, es decir, que cualquiera que vaya a ser el usuario pueda entender perfectamente bien lo que cada descriptor dice. La ortografía, que debe ser, obviamente, impecable; y la redacción, que debe ser también muy adecuada. Cuando la gente empieza a hacer rúbricas, quizás se va fijando en cada uno de estos detalles, y entonces redacta y, a lo mejor, no redacta usando una buena redacción o una redacción clara y, a lo mejor, incluye errores de ortografía. Esto tiene que ver con este aprendizaje por pedacitos. El chiste es que, de un jalón, vayamos haciendo todo bien. Bien y a la primera. Para asegurarnos de que no nada más vemos los detalles, sino vemos el conjunto, hay que preguntarnos: "¿cuál es el bosque?" en cada situación de aprendizaje o problema que estemos enfrentando. La siguiente pregunta que debemos hacernos es: "¿cuál es el mensaje global que tiene esta tarea?" Y, finalmente, también interesa saber: "¿cuál es el tono que está prescrito dentro de esa tarea o dentro de ese material?" Por ejemplo, muchas veces, sobre todo en cuestiones, por ejemplo, de política, vemos una redacción que parece decir algo. Si vemos literalmente, frase por frase, entendemos que es una cuestión muy correcta, muy bien. Pero si vemos el subtexto, es decir, la intención que está ahí, abajo de ese escrito, podremos ver que, a lo mejor, está plagado de agresiones o de suspicacias que se están queriendo transmitir al lector. Nosotros, cuando procesamos ese tipo de materiales, debemos estar alertas. No sólo a lo literal, sino también al espíritu del texto mismo, a qué nos quiere decir de manera global ese autor. [SONIDO] En esta sesión, vimos la importancia de considerar no sólo las cositas que vamos asimilando y entendiendo, sino también lo global, "el bosque", al mismo tiempo que "los árboles". Esto nos permite tener una comprensión mucho más precisa y profunda de aquello que estamos aprendiendo. También nos permite generar un espíritu crítico hacia aquello que nos está retando intelectualmente con esa tarea de aprendizaje. En la siguiente sesión estaremos viendo cómo ser un aprendiz eficiente.