[MUSIC] Hola, bienvenidos a esta segunda parte del vídeo sobre mecanismos heterosexistas. Como you os anuncié vamos a hablar ahora sobre discursos posibles, sobre posibles discursos en torno a las sexualidades no hegemónicas. De alguna manera lo que vamos a hacer aquí es un resumen de lo que hemos visto hasta ahora, situándolo dentro de dos grandes líneas, resumiendo y simplificando bastante en relación a estos discursos, ¿no?. Por un lado lo que se hagan llamar visión reduccionista que se vincula ese discurso esencialista del cual you habíamos visto ejemplos referentes del marco televisivo. Me voy a centrar sobre todo en las consecuencias políticas de poner siempre en un lugar central o preponderante este discurso. Precisamente porque es el que atraviesa la mayoría de representaciones dentro de lo que llamábamos Visibilidad normativa. Por lo tanto, digamos que constituye como you decíamos en el vídeo anterior, uno de los mecanismos de la, del heterosexismo cultural, ¿no?. El hecho de presentar la mayor parte de las veces. A la orientación y el deseo vinculada a este discurso esencialista o a esta visión reduccionista. Frente a ello, vamos a ver algunas primeras pinceladas del discurso queer del que nos ocuparemos sobre todo en el segundo bloque. Podríamos situar junto, paradójicamente, a discursos conservadores, de los cuales vamos a hablar un poquito también, a, que vamos a situar dentro de la visión universalista. Luego veremos por qué hablamos de visión reduccionista, visión universalista. Pero bueno. Para traeros o para proponeros algún ejemplo. Sobre el discurso esencialista. Que no proceda solo del ámbito televisivo, os he puesto esta imagen procedente del blog "Born this way". Podéis visitar el blog si tenéis curiosidad a. Este blog se basa en la idea de que sus usuarios manden fotografías en las cuales se demuestren fotografías de la infancia en las cuales se demuestre que su orientación sexual es innata. ¿Qué ocurre?, ¿qué tipo de fotografías se mandan?, fijaros, fotografías de niños, "disfrazados" Con ropas del otro género, ¿no?. Fotografías de niñas en actitudes o practicando actividades supuestamente del otro género, ¿no?. Aquí veis a una niña practicando hockey, si no me equivoco, ¿no?. Bueno, como veis aqui hay, digamos una cierta confusión, ¿no?, entre las categorías de género y las categorías relacionadas con la orientación del deseo. Para demostrar, digamos, este carácter innato o este carácter natural de la orientación, del deseo, se va a buscar el síntoma en algún tipo de actitud o de algún tipo de puesta en escena, que tiene que ver con el otro género. De todas maneras, lo que más me interesa subrayar aquí es la idea de buscar en la infancia. Estos síntomas de una orientación, de un deseo. Que aflora posteriormente pero que precisamente, porque es natural de alguna manera siempre ha estado ahí y siempre había o hubiera podido rastrearse, siempre ha sido de alguna manera visible. Precisamente, insisto, por su vinculación con el orden del ser, de la identidad, entendida como algo inmutable, como algo que está, permanece desde nuestra infancia hasta nuestra edad adulta. Para empezar a ver cómo este discurso esencialista o esta visión reduccionista se plasma. Y para poder empezar también a entrever algunas de sus consecuencias políticas o de las consecuencias políticas, insisto, de convertirlo en el discurso preponderante o en el discurso hegemónico. Os he traído algunos ejemplos extraídos de una unidad didáctica a 25 cuestiones sobre orientación sexual que propuso el colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales de Madrid. Hay que decir que es del año 99 por lo tanto no es que considere que sea una propuesta de absoluta vigencia. Pero que sí nos ayuda para ver cómo se plantean discursivamente esta perspectiva, como se materializa esta perspectiva. Fijaros, os he puesto algunas de las preguntas que conforman esta guía. Fijaros en la respuesta a por qué hay diversas orientaciones sexuales. Me interesa evidentemente lo que está en rojo, dice. Lo cierto es que la orientación sexual no la elige el individuo, no es modificable ni tampoco se transmite. Es una orientación de la persona, una forma de ser total, lo más natural para gays y lesbianas, es ser gays y lesbianas. Igual que para los heterosexuales lo es la orientación heterosexual. Hay que decir, que se trata de una guía destinada en parte a hacer pedagogía, dentro de la sociedad. Y a desmontar alguna de mitos, a una serie de miedo que puede tener el conjunto de la sociedad, respecto a los gays y las lesbianas. Por lo tanto hay que leerlo, no como una propuesta de la propia Cogam, en cuanto a su apuesta discursiva, sino como una guía orientada a desmontar mitos y a contrarrestar miedos. Dicho esto me interesa subrayar la idea de la ausencia de elección. La imposibilidad de que la orientación sexual se modifique y esta imposibilidad de que se trasmita. Detrás de la cual hay el supuesto miedo social a que los gays y las lesbianas, o la orientación del deseo no heterosexual, prolifere si proliferan los modelos, las representaciones, entran dentro del ámbito de lo visible. Me interesa esto por un lado, me interesa también este énfasis en la idea de la naturaleza precisamente porque no tiene nada que ver con la elección tiene que ver por lo tanto con algo natural. Y es tan natural para los gays ser gays, como para los heterosexuales, ser heterosexuales. Tratando un poco de desmontar esa idea según la cual la homosexualidad estaría más vinculada con lo antinatural. Con el desvío de normas naturales a gente a la heterosexualidad que sería la materialización de ese supuesto orden natural. A la pregunta, ¿cómo se llega a ser lesbiana o gay?, encontraremos una respuesta parecida. Insistiendo en este carácter involuntario, en este carácter dado de la orientación sexual. Y por lo tanto en esa narrativa del descubrimiento de la que you hablábamos en vídeos anteriores. Y siguiendo con la misma línea argumentativa, nos encontramos con la pregunta ¿cuántos hay? Que así formulada you es una pregunta que nos llama la atención porque está formulada desde el discurso de la otredad, ¿cuántos son ellos?, no ¿cuántos somos?, por ejemplo, ¿no? Pues a esta pregunta a la respuesta que nos encontraremos aquí, va ser la de un 5-10% de la población, que es un 5-10 ahistórico, que de alguna manera va mantenerse siempre igual. Independientemente de las condiciones sociales, o de los discursos sociales en torno a las sexualidades que nos encontremos en un momento dado. Si partimos de la idea de que la orientación del deseo tiene que ver, insisto, con el orden del ser, con el orden de lo inmutable, de la identidad. Entendida en este sentido de inmutabilidad, tenemos que presuponer que siempre habrá un número determinado de individuos que tanto si pueden sacarlo a lo luz, como si no. Van a tener una misma orientación del deseo. Independientemente de estas condiciones sociales. Y fijaos como a la pregunta, ¿se fomenta la homosexualdiad al hablar de ella? Que de alguna manera recoge este miedo social a la proliferación que se ha llamado como antes se ha nombrado, a la tesis del contagio. Que parte de la idea de que el hecho de que haya representaciones, visibilidad, hará que proliferen las personas con una identidad no normativa, o un deseo no normativo, más bien. Fijaros como se insisten en esta condición de naturalidad o de vinculación con la naturaleza. Y por lo tanto, lo involuntario, sobre todo, inmodificable. Si hablamos de sexualidad, no se fomenta, de ninguna manera, porque la orientación sexual es la que es. Y no se puede, según estas repuestas, ni modificar, ni transformar. Y por lo tanto tampoco se puede trasmitir o pegar. Evidentemente, se insiste en la idea de que no es ninguna enfermedad, pero de alguna manera se recoge el discurso del contagio de la enfermedad. Al tranquilizar con esta afirmación que tenemos que erradicar el prejuicio, que la homosexualidad no se pega ni se trasmite. Fijaros en la última frase, no hay evidencia científica que nadie haya cambiado la orientación sexual por alguna influencia externa. Estamos todo el rato, dentro del ámbito de la verdad del ser, del deseo verdadero del ser, que emerge si la sociedad se lo permite. Pero que no tiene nada que ver, digamos, con aquellas posibilidades o aquellas narrativas que la sociedad puede ofrecer. Fijaros en varios presupuestos implícitos o en varias consecuencias políticas, si queréis, de este discurso. En primer lugar, quiero subrayar esta idea de no elección. Que como decíamos también, en el caso de las identidades trans hablando del libro de Michel Misse de alguna manera, presupone la idea de culpa, o la idea de justificación y por tanto de disculpa. Al enfatizar, o al tener tanta necesidad de enfatizar que la orientación del deseo no hegemónica no es una elección, sino que tiene que ver con la naturaleza o lo dado. De alguna manera, estamos sancionando el discurso, según el cual esta orientación hegemónica no es una opción elegible, no es la opción que si pudieramos elegir; elegiríamos. Porque no es la mejor donde las opciones posibles o una opción en igualdad de condiciones que la opción heterosexual. Por otro lado, esta idea de la orientación del deseo como algo impermeable a la influencia externa. Y por lo tanto también, cuya visibilidad, cuya presencia social no va ser proliferar su realidad o las prácticas asociadas a ella. Implica también cierta exención de responsabilidad social en la construcción de las identidades, precisamente porque no se considera que las identidades sean construidas. Entonces como mucho la acción social que debemos llevar a cabo para alcanzar un entorno lo más justo posible. Tendrá que ver con informar, con acoger, con no discriminar y con permitir que las personas que no tienen la orientación hegemónica, la orientación del deseo hegemónica de alguna manera sean representadas en tanto la minoría que son. Esto implica también una tesis educativa o una tesis que tiene que ver con la construcción de las identidades según la cual, la sexualidad, la orientación del deseo forma parte de un ámbito natural, no educable. Y de alguna manera del ámbito privado, del cual la escuela, por ejemplo, el ámbito educativo, o en general, el ámbito social, no tiene por qué ocuparse más que a través de esta acción informativa, o esta acción hospitalaria. De alguna manera, este discurso permite que la heterosexualidad continúe pensándose, o continúe presentándose como la norma, como el centro, como aquello neutro. Precisamente porque es la opción. No la opción, porque aquí no estamos hablando de opciones, es la realidad mayoritaria. Por un lado esto, por el otro seguimos pudiendo pensar sin poner en duda en ningún momento que las categorías asociadas al deseo tienen que ver con la identidad y que además funcionan según ese binarismo del que you hemos hablado varias veces. Existen homosexuales y existen heterosexuales y en algunos casos una categoría intermedia que sería la bisexualidad. Pero realmente hay una identidad, una relación de identidad entre los sujetos y estas categorías que son dos o a lo sumo tres. Y el deseo va orientarse siempre por naturaleza, según este discurso, hacia alguna de estas tres categorías. Sin que se presente la posibilidad, de que estas categorías se vean como algo permeable o como algo en construcción. O como algo fruto de unas prácticas, de unos deseos de unas experiencias y no como algo que nos viene dado de antemano. Frente a ello, nos encontraríamos con la visión universalista, en la que podríamos situar, como os decía, lo discursos queer. Pero paradójicamente también aquellos discursos más conservadores, que nos hablan de la tesis del contagio. Según esta visión, las identidades, como you hemos ido viendo, son identidades en construcción. Y que se construyen precisamente en negociación con los discursos, las narrativas, las representaciones y las normas o la normativa que atraviesa estas narrativas y estos discursos. Frente a esta visión, que no presupone por tanto y de ahí este nombre de visión universalista frente a la idea de la visión reduccionista. No presupone que haya un tanto porciento histórico, de personas que orienten su deseo fuer a de la heteronormatividad. Porque presupone, digamos que, las identidades están en construcción y por lo tanto dependerá de las posibilidades sociales, y de las posiciones sujeto, que se ofrezcan en un entorno social. Estos discursos, decía, plantean una acción social, o una acción política, muy diferente a la que se planteaba en esa visión reduccionista, que acabamos de ver. Si partimos del discurso conservador, según el cual, la normativa social que nos construye como sujetos, tiene que ver con la verdad, con la bondad. Es decir, si sancionamos el status quo desde este discurso conservador, vamos a partir de la idea de que toda identidad que se desvíe de estas normas que se da por buenas. Va tener que [FOREIGN]. Va tener que tener que intentar encausarla por el camino recto o correcto de la heteronormatividad. Si partimos, evidentemente, de la línea opuesta que son los discursos queer que un poco, de algún modo guían este curso y, en el que como os decía, vamos a adentrarnos en el próximo bloque. Si partimos de ahí, a la acción social, tiene que ver con desmontar las categorías. Este binarismo categorial, homosexual, heterosexual, con trasformar el marco, con de alguna manera erosionar ese heterosexismo cultural. No sólo haciendo una representación de cuotas de una minoría, sino transformando o combatiendo esa minorización cultural que sufre, que afecta a esta orientación no heteronormativa del deseo, ¿no?. De alguna manera se parte de la idea de que si multiplicamos las representaciones y erosionamos las categorías. Vamos a favorecer la multiplicación de posiciones, sujetos, más allá de las categorías homosexual, heterosexual. Y como you hemos visto en otras unidades también más allá del binarismo de género. De esta manera la tesis educativa, que se esconde bajo esta visión, es que la sexualidad es algo político, algo educable. Y que de alguna manera el entorno social tiene la responsabilidad, de elegir si mantiene el status quo. O realmente, ayuda a transformarlo de alguna manera, liberando el deseo, o posibilitando que el deseo fluya o se ponga en práctica de una manera más libre, que en este binarismo homosexual, heterosexual.